El promotor de los cambios constantes

Aború, egbòn ati aburos!

Mis mejores deseos para quienes lean estas letras, le serán de interés.

Deseo destacar que algunos awo han respondido a mis invitaciones, y accedido a enviar sus criterios, pero sólo se publicarán los que estén sustentados por sus fotografías.
Hablamos hoy de Osa Meyi.
Considero este Olodu como el que introdujo los cambios más generales de la naturaleza humana.
En el aspecto religioso, con el surgimiento de la actividad del culto de las brujas, Iyamí Osooronga; y en el desarrollo del genero humano con el surgimiento de la raza blanca, o europea.
Entre las propiedades enunciadas por Ifá para Osa Meyi destacan:
Constante y desmedida necesidad de crear, inventar, desarrollarse y alcanzar grandes éxitos, para gozar de honor y respeto. Todo ello sustentado en un persistente deseo de investigar y cambiar lo establecido.
Pérdida del camino debido al desprecio al sacrificio aconsejado por Ifá, y motivado por las prisas por realizar los planes deseados.
Irreverencia creciente a los principios naturales que rigen lo establecido.
(En la imagen uno de los puntos de Holanda, robado al Océano)
Osa Meyi en parte de su viaje a la tierra, llevó en su interior a la madre (iyamí) del culto de los hechiceros.
Nació del útero de una hechicera practicante y desde pequeño estuvo presente en ceremonias de ese culto, aunque no fue iniciado formalmente.
Los hechiceros demostraron tener poder suficiente para vencer a cualquier Irúnmolé u Orisa que se les pusiera enfrente, respetando solo a Olodumare y Órúnmilá que fueron quienes pactaron con ellos, de donde surge el concepto de que cualquiera que crea que los amuletos u otras preparaciones diabolicas pueden vencer a la hechiceria esta sencillamente engañandose a si mismo, a no ser que los hechiceros transgredan el acuerdo realizado por su madre aquella noche, que los salvó de una total extincion.
En el desarrollo del género humano, observamos que el albino, ser surgido de la despigmentación de la raza negra, que dio paso a la raza blanca actual, vino acompañado de inteligencia, tenacidad y capacidad. Siempre observando para cambiar lo observado, intentando mejorar y superar; presionando para incentivar el deseo del cambio constante, sin embargo el límite, la paciencia y la estabilidad no son parte de sus atributos, de modo que está condenado a investigar y cambiar todo lo que encuentra, sin un final preconcebido. Todo esto, por la negativa de Osa Meyi, al sacrificio que le fue marcado en el Cielo.
Por eso cuando aparece este Olodu en consulta o ceremonias, el refrán más popular que se escucha es las cosas están en el aire, no hay nada seguro.
A quien haya trabajado IfáOrisa en tierras europeas o iniciado a europeos, le resultará común la pregunta ante una obra aún sin hacer, cuándo se manifiesta el resultado? Cuánto tengo que esperar?
Y hasta aquí por hoy.
Seguimos divulgando para aprender

Salud y suerte,
Okanbi