Las Fuerzas Naturales Especificas

Iboru Iboya, Iboshishe!

Saludos a quienes lean estas letras. Mis mejores deseos!

Hoy hablaremos de las Fuerzas específicas en la Naturaleza.

Es la mejor traducción, a mi criterio, de la palabra Òrìsà.

En el estupendo libro de Adrián de Souza, Awo Ogbeshe, titulado Las 16 Esencias

del Ifismo, podemos leer:

….Cuando el ser humano se acercó a Orunmila en busca de adivinacion acerca de

como detener la amenaza de Iku, la muerte, Orunmila le dijo que no habia sacrificio

que pudiera desviar la atencion de la muerte sobre el hombre. Su carne constituia lo

unico que podia satisfacer su divino apetito. Todos los otros animales(ratas, pescados,

aves, chivos, carneros, e incluso vacas) eran las comidas preferidas de los sacerdotes

de las divinidades.

Le preguntó si habia algo que pudiera impedir que los humanos se alimentaran con

sus comidas preferidas, no obstante, le dijo que la mejor forma de protegerse de

una divinidad malvada era haciendo sacrificio con lo que a ella le estaba prohibido.

Orunmila, en su capacidad de Testigo de la Creación, es el unico que sabe lo

que a cada una de las divinidades se le prohibe.

Entonces aconsejó lo que debian preparar y ellos buscaron los materiales. Les dio

las instrucciones debidas, y cuando la muerte se acercó para asestar otro ataque,

halló las güijas que los hombreumanos estaban desechando de sus comidas. Al

ponerse las güijas en la boca con el fin de probar lo que los humanos estaban comiendo,

no las pudo masticar, entonces pensó que quienes eran capaces de comerse objetos

tan duros debian ser criaturas aterradoras, capaces de luchar si se les provocaba

demasiado.
Mientras que la muerte meditaba en el proximo paso que iba a dar, un pollo ubicado

a la entrada de la casa de Èsu, comenzo a gritar. Al escuchar el grito del pollo, la

muerte se alejó corriendo por tener prohibido el sonido de un pollo.

La muerte entonces dejo a los humanos en paz, dandoles las gracias a Orunmila

por mostrarles el secreto. Fue desde esa fecha que la muerte diseñó otras formas

de poder llegar al hombre.

Desde entonces, la muerte no intentó matar al hombre directamente porque es

una divinidad temerosa.

Se ha estado apoyando en sus hermanos mas agresivos y vengadores como

Oggun, la divinidad del hierro, quien mata mediante accidentes fatales;

Shango, la divinidad del trueno, quien mata mediante el rayo; Sankpana,

quien mata mediante epidemias tales como la viruela, la varicela,

(gripe A?).... la divinidad de la noche, quien mata mediante la brujeria.

Cuando estas divinidades se muestran lentas en la busqueda de comida

para la muerte, el rey de la muerte se vale de Arun (la enfermedad),

su esposa, para que busque comida para la familia.

Desde hace algunos años, observamos en la letra del Año marcada por Ifá Òrìsà,

para consejo de los humanos, que quienes gobiernan son algunas de las Divinidades

que arriba se mencionan. En el actual, como se conoce, lo hacen Oggún y Oya.

Los científicos hablan de cambio climático, pero y el enfado de las Fuerzas

Naturales por las irreverencias humanas?

Así en los 7 meses que lleva el 2009 se han manifestado accidentes y sucesos

múltiples con gran número de pérdidas humanas. Iku, la muerte está haciendo

su labor, muy bien acompañada.

Sin embargo los seres humanos cada día menosprecian más los dictados

inteligentes de filosofías como la nuestra, que recomiendan temer a las Deidades

Superiores, y ofrendar para lograr su ayuda o minimizar el efecto de su influencia.

Cada día nos alejamos más de los ancestros y sus enseñanzas, en nombre de

un supuesto desarrollo que no llega ni alcanza a todos los seres humanos.

Ni los adelantos técnicos en la aviación, la comunicación y la salud sirven

para controlar a las Fuerzas antes mencionadas.

Esperemos que la fe y el sacrificio de los seguidores de Ifá Òrìsà y otras

filosofías respetuosas de las leyes planetarias, contribuyan a la salvación del

planeta y sus pobladores.

Y hasta aquí por hoy, aburos (hermanos)!!

Seguimos divulgando para aprender.

Mo foribale Ifá Òrìsà

Okanbi