Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para quienes puedan leer estas letras!
El tema de hoy está recogido en el odùIfá 58 y marca, entre otras cosas:
La inarmonía familiar. Problemas conscientes o no, con los hijos(ahijados).
Si todos en la casa piensan y actúan a su manera, la casa se desbarata.
Para la buena convivencia entre distintas personas, bajo un mismo techo, es indispensable un acuerdo general para actuar como uno solo, cuando sea necesario.
El capricho pierde.
El consejo de Ifá debe ser solicitado antes de cualquier decisión importante para lograr los mejores resultados.
He demorado para escribir estas letras porque he necesitado tiempo para comprender bien los errores que he cometido.
Aunque no creo que lo asimile totalmente nunca, sin dudas lo superaré.
Dicen los conocedores, que el odù Eyiogbe, que marcó Ifá para mi, quema; y por ello se le considera como el sol.
El año que corre es el 2do en que Ifá ha marcado ese Odú.
Se aconsejan por ello muchas precauciones en las relaciones humanas, de todo tipo, para prevenir problemas y luchas por el poder ; pero los seres humanos olvidamos o subvaloramos ciertos consejos. En este caso me tocó a mi, y les comento la experiencia.
Desde hace casi 2 años preparaba una consagración.
Serían Elegbà (Esú), Obatalá y Shangó(Sangò). Juntos cubanos y extranjeros, todos unidos por IfáOrisa.
Pensé que sería un momento adecuado para que se realizaran en el marco de la familia sanguineo- religiosa que hace tiempo se intentaba formar desde la Asociación Oshún Waidè, y por la que su presidencia subvencionó varias consagraciones.
Se intentaba poder ayudar a resolver problemas como la reparación de la vivienda de una, la falta de recursos de otra, comida ceremonial para una larga vida de los mayores de la familia, y la deuda de gratitud contraída por quienes recibieron gratis la consagración de su Orisa Alagbatori.
Como soy un Awo poco conocedor de los detalles de las consagraciones de Orisa, solicité como en ocasiones anteriores, información precisa para valorar gastos y buscar las mejores alternativas.
Aunque en la distancia notaba reticencias, de las que culpaba a las dificultades habituales de comunicación, no fue hasta mi llegada que percibí la realidad.
Según parece, mi intención fue mal interpretada y sólo fui visto como el representante o administrador de la yuma que mandaba el dinero; una persona de muy buen corazón pero que fue incapaz de hacerse entender en sus deseos; y por tanto, fui tratado como extraño y ajeno.
Ví que se habían unido la arrogancia, la sobre protección y la infantilidad, la falta de visión de grupo, el desconocimiento, la comodidad y sobretodo, la estupidez. Una terrible amalgama.
Como puede suponerse, en las actuales condiciones, los precios de todos los productos están por el cielo, pero si se requieren con premura cosas religiosas, pues mucho mas.
Así, los derechos ceremoniales, los animales y los ingredientes de una ceremonia de iniciación, multiplican por mil un presupuesto determinado con antelación.
La unidad de criterio, o incluso la discusión para alcanzarlo, la planificación, la organización y la información previa, hubieran podido conseguir atenuarlo.
En ausencia de todo eso, encontré una situación de caos total y una mínima disposición, o nula en algunos casos, a colaborar.
Se sentían como obligados por mi y por tanto fui objeto de múltiples criticas, incluso de jóvenes y cercanas santeras, desconocedoras de muchos detalles de las iniciaciones, pero creidas de poseer profundos conocimientos, por haber participado en ceremonias realizadas en distintos lugares.
En el registro de entrada del omo Elegbá, Ifá marcó OgbeSa, poniendo de manifiesto todo lo que se avecinaba.
Aunque tomé las precauciones debidas que propiciaron que los resultados de las consagraciones fueran los adecuados, quedarán secuelas en las relaciones familiares, religiosas y hasta sociales que, según marca Eyiogbe serán difíciles de borrar.
En mi caso particular, he terminado escaldado, y he aprehendido que sólo los criterios comunes en los aspectos filosóficos-religiosos y personales, comprobados reiteradamente, pueden permitir crear un grupo capaz de funcionar como uno sólo, como dice este odù.
Es preferible personal heterogéneo, bajo una idea común, y recomendado individualmente y en profundidad por el oráculo, que guiarse por otros criterios y luego sufrir este tipo de contratiempos y las desilusiones derivadas.
Lo divulgo para que sirva a otras personas, pues de eso se trata.
Y hasta aquí por hoy, aburos ati Egbón.
Mo foribalè IfaOrisa.
Salud y Suerte.
Okanbi